De doña Jacinta me soprendieron su capacidad de perdón, su fuerza, su mirada. Su tenacidad para sobreponerse a una situación que la palabra injusticia no alcanza a describir. Lo que más me indignó es que existan muchas otras Jacintas, que vivamos en un país donde esto y cosas peores son posibles.
A Andrés Díaz, su abogado, del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez ,le pregunté si no se cansa de trabajar en esto, de ver tantas injusticias. Él, con la misma dulzura terca de mi amigo Arturo me respondió: "hay que seguir en esto mientras se pueda".
Andrés también me preguntó por qué hay periodistas tan cínicos y tan irresponsables. Por qué muchos medios han dejado fuera de su agenda los derechos humanos. Me contó que algunos reporteros que mal merecen el nombre abordaban a Jacinta preguntándole: "¿Sabes que te pueden dar cincuenta años, Jacinta?"
Le expliqué que los medios son un negocio, que el periodismo suele ser pésimamente pagado y muy demandante. Que como el conflicto es nota, muchos piensan que generando ellos el conflicto con preguntas estúpidas harán noticia.
"Hay que seguir en esto, mientras se pueda, Andrés", pensé. Por eso al día siguiente me levanté temprano para dar clases en la Septién.
A Andrés Díaz, su abogado, del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez ,le pregunté si no se cansa de trabajar en esto, de ver tantas injusticias. Él, con la misma dulzura terca de mi amigo Arturo me respondió: "hay que seguir en esto mientras se pueda".
Andrés también me preguntó por qué hay periodistas tan cínicos y tan irresponsables. Por qué muchos medios han dejado fuera de su agenda los derechos humanos. Me contó que algunos reporteros que mal merecen el nombre abordaban a Jacinta preguntándole: "¿Sabes que te pueden dar cincuenta años, Jacinta?"
Le expliqué que los medios son un negocio, que el periodismo suele ser pésimamente pagado y muy demandante. Que como el conflicto es nota, muchos piensan que generando ellos el conflicto con preguntas estúpidas harán noticia.
"Hay que seguir en esto, mientras se pueda, Andrés", pensé. Por eso al día siguiente me levanté temprano para dar clases en la Septién.